La Maison, un tercer lugar en París para “hacer una pausa” en la lucha contra el cáncer

Gladys, Théa, Isabelle, Karine y Caroline solo tardaron unos minutos en conversar y compartir un momento íntimo. Cinco mujeres (no revelaron sus nombres) se sentaron alrededor de la mesa aquel miércoles de finales de septiembre. En el centro, se disponían pañuelos de colores —colores cálidos en una fila, colores fríos en otra— y comentaban, como cinco amigas, cuáles les sentaban mejor con su tono de piel, su cabello, sus ojos... O, simplemente, con su estado de ánimo.
"Elegí el pañuelo rosa por su suavidad; es femenino, diría incluso sensual", dice Théa. Gladys y Caroline optan por un pañuelo rojo, un color "dinámico", comenta la primera, y "vivaz", añade la segunda.
No dicen ni una palabra sobre su enfermedad ni sobre sus tratamientos actuales o pasados. Y Véronique Labeille, quien dirige este taller, El evento socioestético ofrecido en el flamante local de La Maison, un tercer piso en el distrito 19 de París, no fuerza la conversación. Para cada una, ha colocado un pequeño espejo boca abajo sobre la mesa. Pero las jóvenes no lo aceptan, prefiriendo buscar en las miradas de las demás participantes una sonrisa de aprobación, un cumplido amable.
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